Casa, caso. Pera, pero. Plata, plato. Libra, libro. Y así podríamos seguir buscando este tipo de léxico en un diccionario o cualquier otro soporte. Me cambian el género de la palabra y tiene un significado diferente. No es lo mismo comerse un plato de calamares en su tinta que una plata de calamares en su tinta. No es lo mismo pagar por un billete de avión cincuenta libras que cincuenta libros. Y por mucho que el profesor insista, si el concepto ha quedado grabado así, ahora a ver quién es el listo que coge martillo y cincel y remienda el caso.
La polémica está siempre en la palestra. ¿Importa tanto el léxico o las estrategias que sea capaz de manejar el hablante para conseguir éxito en un contexto específico?
Y en la carnicería, lo que el estudiante realmente quiere comprar es una pieza de pollo. No le demos más vueltas.
lunes, 2 de junio de 2008
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Datos personales
- Eduardo Galindo Navas
- Estocolmo-Vejer de la Frontera, España, Sweden
- risueño, hiperactivo, filólogo (de Hispánicas), deportista cervecero, lector hasta de las etiquetas del champú en japonés, comunicador, viajero, responsable, avasallador y avasallado.