jueves, 21 de febrero de 2008

El príncipe de Egipto.










Negociación. Eso es lo que hicimos una clase de 15 estudiantes del nivel 5, chicos y chicas de entre 8 y 9 años y yo mismo.

Hoy fue el último día de clase antes de las vacaciones de invierno. En sueco se llama sportlov y los parroquianos la aprovechan para hacer deportes. Sobre todo esquiar.

Esta clase sólo tiene dos períodos de 55 minutos a la semana y mientras que se sientan y les das las instrucciones para trabajar, hay que recoger otra vez los materiales y guardarlos.

Sinceramente, el progreso es bastante lento. Sin embargo, el acercamiento a una realidad de lengua y cultura nuevas es el pilar central de lo que en el futuro será una casa con todo tipo de herramientas.

Se la montaron bien. Vinieron con una peli, El príncipe de Egipto, y me dijeron que como era el último día antes de las vacaciones querían relajarse y disfrutar del visionado. Les dije que no iba a poner objeciones si hacíamos una actividad relacionada con ella.

En un papel, por parejas, decidieron qué hacer. Las actividades sugeridas fueron de lo más variado:

-diálogos de los personajes para ser representados por ellos.

-exposición en una cartulina con dibujos de las escenas más llamativas y una frase en cada uno de ellos.

-dar nombres españoles a los personajes y describir su atuendo.


Sigo creyendo en la participación activa de todos los miembros del aula. Incluído el profesor.

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El autor

El autor
en un parque de Estocolmo, Johanesplan.

Datos personales

Estocolmo-Vejer de la Frontera, España, Sweden
risueño, hiperactivo, filólogo (de Hispánicas), deportista cervecero, lector hasta de las etiquetas del champú en japonés, comunicador, viajero, responsable, avasallador y avasallado.