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Este fin de semana estuve en Berlín. El objetivo es que mi equipo, la asociación de periodistas suecos, aunque yo no soy ni sueco ni periodista, se enfrentaba a un conglomerado de escritores alemanes. Fue un fin de semana con mucha intensidad y con una ilusión, vencer a los alemanes. Tras noventa minutos, el resultado mostraba la derrota de los escandinavos por 3-1. La crónica del partido, con fotos incluídas, está
aquí. EL único inconveniente es que está en sueco. Todo parece más o menos normal exceptuando a un español en el conjunto sueco. Y ahora viene lo bueno. Cuando entré en el campo de fútbol, me encontré en el equipo rival a un estudiante de español que había tenido hace más de 10 años y con el que compartí gratos momentos tanto dentro como fuera del aula. La sensación fue de incredulidad absoluta. Analizamos nuestras experiencias en España y nuestra situación actual. Lo de ser profesor de español, entre otras cosas, tiene este tipo de momentos que hacen grande a la profesión.
1 comentario:
Capalulo y Larek (laponés) gragaban pongos y critaban cacelotes. Hurobo pretó cómo gaco bero cá, garotes otomanas. Chiripi cretó guzo muco y mamelote pipaba y grelebaba y todo.
Hurobo anacaba petelobos aunco ni prelapa ni muselino ni otro prenubo. Ubobuletín (otro laponés) grepa (o grababa) no predicament. !Cachapa! !Shitomalla!
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